“Solo podemos hablar de lo que sabemos, conocemos y entendemos y decirlo como lo pensamos y sentimos”.
¿Te has sentido perdido y sin nada que pueda rescatarte? ¿Has sentido que tu ritmo cardiaco comienza a acelerarse más de lo común, mejillas incómodamente ruborizadas, sudor excesivo y un bloqueo de ideas que impide la coherencia y pronunciación correcta de las palabras? Probablemente sí lo has sentido y más que eso, te identificaste con esos síntomas pues son característicos de ese incómodo momento en el que te notifican que tienes que dirigir un mensaje ante un público numeroso y para el cuál no estabas preparado. Ese momento de la improvisación.
¡Pero tranquilos! Todo tiene solución y la improvisación de un discurso no es la excepción, tomando en cuanta una sencilla y certera regla de oratoria que dice: “Solo podemos hablar de lo que sabemos, conocemos y entendemos y decirlo como lo pensamos y sentimos”.
Pero ¿quién nos enseña a aplicarla correctamente? Hasta hoy, no muchos. Por eso en esta ocasión te comparto algunas sugerencias que de tomarlas en cuenta y practicarlas constantemente te ayudarán a brillar improvisada pero contundentemente en cualquier escenario, ya sea familiar, social o profesional.
- Indaga, cuestiona, analiza, estudia y mantén equilibrio emocional. Los aspectos intelectual y emocional serán la primera herramienta que podrás utilizar a tu favor cuando te toque improvisar.
- Gana tiempo para que tu subconsciente prepare el discurso. No seas el típico orador que saluda a los presentes y les agradece por su asistencia e invitación. Mejor ¡impacta desde el primer minuto! Eso te hará marcar la diferencia. Puedes iniciar con una anécdota personal relacionada con el contexto de tu evento, esto te ayudará a ordenar tus ideas y definir un tema específico.
- Cuando definas tema, toma en cuenta tres vertientes para desarrollarlo: lo que opinas, por qué tienes esa opinión, qué crees que se debería hacer.
- No te extiendas en tu participación. Recuerda que no tenías tema preparado así que para no cansar al público y no decepcionarlos procura no durar más de 5 minutos.
- No olvides tu lenguaje verbal y no verbal. Mientras vas ganando intensidad, utiliza distintos tonos de voz para no cansar al espectador, apóyate de los ademanes de manera natural, sonríe y haz contacto visual con los presentes.
- Haz una llamada a la acción. Puedes invitar a los presentes a hacer un brindis, ofrecer un aplauso, manifestarse por las injusticias… todo dependerá del entorno.
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