El cargo público dura pocos años, la reputación que generes con él, durará toda la vida.
Cuando de recetas se trata, sabemos que existen diversas versiones de cada una, todo depende del contexto y experiencia, sin embargo, tenemos claro que por más diferentes que parezcan, todas llevarán ingredientes en medidas concretas, así como la descripción de un procedimiento puntual para que el proceso de producción resulte sencillo ante cualquiera que se proponga hacerlo con la finalidad de lograr un resultado exitoso.
Lograr la excelencia como servidor público en el escenario político no debería ser la excepción, por lo que en esta ocasión he decidido compartir la receta que yo, como consultora, doy a todas aquellas personas que quieren lograr en esa actividad, la excelencia.
Ingredientes:
- Amplio dominio de la comunicación verbal y no verbal.
- Actitud y reacción positiva para servir al prójimo.
- Actitud negativa y reacción argumentada ante las injusticias.
- Comportamiento adecuado en las diversas situaciones.
- Alto grado de conocimientos de tu área laboral y política.
- Capacidad de respuesta al buscar la resolución de problemáticas sociales.
Ingrediente secreto:
- Tiempo
Procedimiento:
Mezcla los ingredientes anteriores como mejor te convenga, pues son esos los que redundarán en la generación de una buena reputación que logre posicionarte positivamente en la mente del ciudadano, pues con ello habrás conectado de manera acertada con cada una de sus expectativas.
Antes de querer terminar el proceso, no olvides utilizar siempre el ingrediente secreto. Una imagen de impacto no se construye de la noche a la mañana, sino que será el empleo de cada uno de los ingredientes antes mencionados, los que con el tiempo comiencen a transformar percepciones que te ayuden a cumplir tu objetivo: convertirte en un servidor público de 10.
También lee: 13 puntos que te convertirán en un mejor servidor público (parte 1).
Tips adicionales:
- Ten presente que un servidor público es aquel individuo que con su trabajo favorece a otras personas generando con ello bienestar social.
- Recuerda que como todos, tienes tres imágenes: la que crees tener, la que quieres tener y la que los demás tienen de ti. La gente te percibe. Por eso, cada día realiza una autoevaluación de tu trabajo y verifica que esas tres imágenes empaten, si no lo hacen, tienes la oportunidad de iniciar nuevamente al día siguiente, pero ¡ojo! No puedes equivocarte siempre. El primer error es para aprender, el segundo ya no es permitido.
- Jamás olvides que el cargo público dura pocos años, la reputación que generes con él, durará toda la vida.
- La imagen no es un acto de campaña y manejarla a tu favor no significa perder tu esencia. Si no respetas este punto, dejarás de ser natural y auténtico y perderás la credibilidad.
- Finalmente, recuerda que los ciudadanos no quieren salir en la foto contigo. Lo que ellos quieren es que te identifiques con sus problemas y trabajes por solucionarlos.
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